Concluidos sus Solemnes Cultos, Nuestra Señora de la Esperanza Coronada ha regresado a su camarín, donde continuará velando por sus hijos con la misma ternura y amor que ilumina a toda Huelva.

Desde lo alto de su altar, Madre y Reina, nos invita a mantener viva la fe y a seguir caminando bajo el refugio de su manto. Que su Esperanza permanezca siempre en nuestros corazones, guía y consuelo en cada paso de nuestras vidas.

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