Esperar al Señor que ha de venir, es el tema principal del santo tiempo de Adviento que precede a la gran fiesta de Navidad. La liturgia de este período está llena de deseos de la venida del Salvador. El Adviento, con el que empieza el año litúrgico, es el periodo de tiempo comprendido entre el cuarto domingo antes de Navidad y el día de Nochebuena.
Y en este tiempo de Adviento, hoy, día 18 de diciembre, es el día más esperado y más hermoso para nuestro barrio de San Francisco. Hoy los hermanos y devotos celebramos con júbilo la festividad litúrgica de Nuestra Señora de la Esperanza. Los hermanos y hermanas honramos con nuestra presencia incondicional a nuestra Excelsa Titular, y celebramos la Función Principal de Instituto como símbolo inequívoco de pertenencia a la Iglesia, y nuestro compromiso de dar testimonio del Evangelio de Jesucristo en el mundo.
Pero, además, hoy 18 de diciembre, es un día de acción de gracias. Hoy clausuramos el Jubileo Preparatorio del XXV Aniversario de la Coronación Canónica de Ntra. Sra. de la Esperanza, que nos fue concedido por el Papa Francisco, a través de la Penitenciaría Apostólica de Roma.
Un inicio de tiempo Jubilar, que aún guardamos en nuestra retina, con el Solemne Rito Litúrgico de Apertura de la Puerta Santa, presidido por nuestro Obispo Mons. D. Santiago Gómez Sierra, que tuvo lugar el pasado 3 de junio, y que ha quedado impreso con letras de oro en la Historia de nuestra centenaria Hermandad.
Durante este tiempo, la Iglesia de Santa María de la Esperanza, ha sido un importante centro espiritual de nuestra provincia, recibiendo a miles de peregrinos, hermandades, parroquias, sacerdotes, congregaciones religiosas, colegios, asociaciones e instituciones para ganar Indulgencia Plenaria. Hemos vivido intensamente este tiempo Jubilar con vocación de servicio.
Han sido meses de mucho trasiego y trabajo: Formación, Peregrinaciones, Recepciones, confesiones, misas de peregrinos, y un largo etcétera, donde la Hermandad de San Francisco ha estado a la altura de lo que se esperaba de ella, alcanzando la cota de excelencia que siempre anhelamos, con un resultado exitoso para la vida espiritual de nuestra diócesis de Huelva.
Pero, sobre todo, durante este tiempo Jubilar, hemos gozado de la oportunidad de alimentar nuestra fe, y renovar el compromiso de ser testigo de Cristo, ganando la gracia más especial: la Indulgencia Plenaria.
Que afortunados somos los “esperancistas”. ¿Hay quizás una Advocación más amorosa, evocadora, y perfecta que, “ESPERANZA” para Nuestra Madre?
Tenemos la dicha de ser “Peregrinos de la Esperanza”, en sus dos acepciones:
En este tiempo de Adviento, somos “Peregrinos de la Esperanza” en la venida del Hijo de Dios Encarnado en el vientre de María, nuestra Madre, porque la Navidad, día en el que Cristo nació para la redención del mundo, es el día en el que cambió el curso de la historia de la salvación.
Los “esperancistas” somos también, “Peregrinos de la Esperanza”, en la Resurrección del Señor. Para nosotros: “La esperanza es el ancla del alma”, segura y firme, que nos protege en el combate de la salvación eterna.
Y seguimos peregrinando. La esperanza, también, constituye el mensaje central del próximo año 2025, Año Jubilar de la Esperanza que, según una antigua tradición, el Papa convoca cada veinticinco años. Un maravilloso año que coincide con los actos del XXV Aniversario de la Coronación Canónica de Ntra. Sra. de la Esperanza, y con la Procesión Jubilar convocada por nuestra diócesis. Un año para vivir intensamente nuestra fe en el seno de nuestra Hermandad.
Y en este gozoso día de la Virgen, solo me queda dar la bienvenida, en nombre de la Junta de Gobierno, a ese gran número de hermanos y hermanas que han recibido por primera vez la medalla de su Hermandad, especialmente a los más pequeños, para que Nuestra Madre les cuide a lo largo de toda su vida, y para que esa medalla permanezca colgada en el cabecero de sus camas, y les recuerde siempre el compromiso de ser buenos cristianos, comprometidos con su Hermandad y con su misión dentro de la Iglesia.
También, en nombre de la Junta de Gobierno, felicitamos a los hermanos y hermanas que han recibido merecidamente la medalla de sus cincuenta años de pertenencia a la Hermandad, y os animamos a que sigáis siendo el ejemplo para las nuevas generaciones de “Esperancistas”.
Con el deseo de que vivamos fraternalmente los gozosos días que nos quedan por vivir entorno a Nuestra Madre, recibid un fuerte abrazo.
JOSÉ ALFONSO VARELA RODRÍGUEZ
(Diputado de Formación)